Disfraces

10 abril 2012

Apareció como confusión, terrible ironía que la misma apariencia de confusión fuera una confusión en sí misma. La percibió clara después, se trataba de tristeza que evolucionó a enojo y luego a satisfacción disfrazada de indiferencia. La confusión surgió por esa mala constumbre de seguir teniendo ilusiones, no, ilusiones no, deseos disfrazados de ilusiones.


Recurrente, predecible, ya no hay nada que lamentar, o eso quisiera. No puede evitar sentir esa pequeña herida interna, el deseo que se fragmenta poco a poco esperando el glorioso momento de la destrucción total, la final desaparición.

2 comentarios:

Dulce dijo...

deseos disfrazados de ilusiones.... yo tengo de esos, esporádicamente.

Un abrazo Ceiba ;)

Anónimo dijo...

Gracias por estar al pendiente del blog Dulce!

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