Bestiario VI

16 abril 2012

Eres un muchacho extraño estás demasiado cerca, parece que no percibes mi ritmo de árbol, mi temblor de hojas, mi uno dos tres de secreto aplauso, se me caen las flores de jacaranda...

Eres un muchacho extraño, me tomas demasiado, me tomas de a segundo, pareces siempre hambriento, siempre exangüe, y no parece que notaras que eres un muchacho extraño; que tienes demasiado alto el juego y no te fijas en que nos pisas cuando bailas. No haces nada bien, muchacho extraño, arrastras las patas y estiras el hocico, y babeas cantifleados y cometes vulgaridades inocentes y me pisas cuando bailas; pero así con todo y tus manos que parecen dos muertos arrastrados, aún con esos dos ojos brillantes y aplastados por tus groseros párpados de pestañas largas y groseras, y tu risa castaña y ruda y tus dientes afilados como dragones ofendidos, con eso y todo te quiero, te quiero sinceramente, miserablemente, como un recorrido de montaña, como una noche severa, así te quiero, muchacho extraño, con tus dos manos muertas que pones en mis dos hombros sucios y vacíos, porque los llenas de torpezas. Así con todo te quiero.

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