Te amos
entre oscuras sinfonías,
besos graves
reservados para dos,
caricias laxas
ante miradas ciegas.
Aquí,
condescendiendo a tus embrujos,
me paro escéptica
ante la exquisitez de lo prohibido.
Me canso, me desgano.
Me pides sigilo,
yo me encomiendo.
Pero caigo exiguamente
fatigada.
Me disminuyo,
me ahogo, me engrisáceo.
Me sacio, me atasco,
me excedo.
No puedo, no debo.
Tal vez quiero.
Quiero. Amo.
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