Well, well, well.

20 noviembre 2011

Once, I looked up and saw a tiger cub entering the garden. Strange though, I thought tigers didn't exist and the garden was in the Imaginary order.
En "esta dimensión del engaño", las imágenes provenientes del espejo eran mi única posibilidad de interacción con el tigre, pequeño, cariñoso y juguetón.
Algunos días experimentaba sobre mi piel con sus garras y, cuando creaba heridas -que también eran suyas-, lamía con extremo cuidado intentando resarcir el daño. Sólo una vez experimentó con sus colmillos, lo que resultó en un torrente de sangre que, para nuestra sorpresa, parecía podrida. Sobre el pasto dejó una mancha similar a una de aceite de carro. Nunca la pudimos quitar por más que limpiaramos, arrancáramos el pasto o moviéramos la tierra.
Ahora, con sangre nueva producida por ambos, sabemos que ha llegado la hora de morirse-matarlo. Él no ha intentado huir. Al contrario, se adentró en mí por las heridas abiertas.
Sostengo el arma. Aún no puedo destruir el espejo.

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