...Y llegó la hora ¿llegó la hora? ¡llegó la hora!

16 octubre 2011

Esta entrada se divide en tres.
Alicia y los ahuehuetes
Foto de Juan Rulfo, 1949.

Uno: Eran las 5:09 am y seguía despierta. Claro que lo escribí hace mucho. Ayer, eran las 5:09 am y seguía dormida después de un dolor de cabeza infernal derivado del líquido verde que osé tomar contigo pese a mis propias precauciones. El tigre puede despertar.
Seguramente el adjetivo no es feo (quizá será "penetrante"), pero si lo vemos como algo positivo, ¿no lo estaremos incentivando a que se levante y nos devore?
Dejemoslo así, en un espejismo de abcedarios, raspados y felicidad embotellada.

Dos: Árboles
Debido a que aquí han habido varios posts concernientes a la cualidad de su árbol en cuestión, deberé decir que no me siento identificada con el Ahuehuete, o "viejo de agua", "viejo de las aguas".
No soy vieja, no tengo esa solemnidad magnífica de estos árboles, soy en muchos sentidos infantil, muchacha inverbe que no sabe nada de nada ni de nadie.
Si sería un árbol sería de esos bonsai que uno carga consigo para donde vaya y que son sumamente delicados, aunque tienen una gran capacidad relacional con aquellos cerca.

Lo que sí es que tengo mucho de corteza y poco de dulzura.

Lo elegí porque son los primeros árboles que recuerdo que me causaron una gran conmoción interior. Los conocí en Aguascalientes durante una nefasta toma de foto de generación en la que salgo con cara de triste porque era la única que tenía. Cada vez que veo uno me dan ganas de abrazarlo y llorarle mis pocas estúpidas penas como un nieto en las faldas de un abuelito cariñoso.

Tres: Amor

Creo soy la única (chica) sin haber escrito sobre amor, hombres o algo que se le parezca. Lo haré ahora como en una especie de diálogo.
"Algo en mí ha muerto": Está claro que desde hace poco partes de mi murieron bien muertas.
Germina, crece, florece, muere y se pudre. Después no hay nada que hacer. A veces se muere con el color aún encapsulado en sus hojas.
Lo que sé sobre él es que es cosa de cada uno siempre, el amor no es compartido. La relación lo es.

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